Sumérgete en la historia y la belleza arquitectónica de la Sinagoga de Novi Sad, un símbolo de la comunidad judía y un testamento de la riqueza cultural de la ciudad.
Generalmente, la sinagoga está abierta para visitas turísticas de martes a viernes de 10:00 a 18:00 y los fines de semana de 10:00 a 14:00, cerrando los lunes. Dado que funciona activamente como sala de conciertos, te recomiendo verificar antes en la web de Turismo de Novi Sad por si hay ensayos o eventos privados.
La entrada no es gratuita, pero tiene un precio muy accesible de aproximadamente 200 RSD (menos de 2 euros) que se destina al mantenimiento del edificio. Si tienes la suerte de asistir a ciertos conciertos o eventos culturales organizados por la ciudad, el acceso al evento puede incluir la visita.
La visita turística es visualmente impactante pero rápida; con unos 30 o 45 minutos tendrás tiempo suficiente para admirar la arquitectura y la cúpula. Es la duración ideal para escuchar una buena narración sobre su historia mientras recorres la nave central.
Es una obra maestra del estilo Art Nouveau (Secesión húngara) diseñada por Lipót Baumhorn y es parte de un complejo histórico protegido junto a la escuela y el edificio de la comunidad judía. Hoy en día, además de su valor memorial, es reconocida como una de las mejores salas de conciertos de Serbia por su acústica excepcional.
Para visitas turísticas, las mañanas de los días laborables son ideales para disfrutar del silencio y la luz que entra por los vitrales. Sin embargo, si buscas una experiencia inolvidable, intenta coincidir tu viaje con un concierto de música clásica por la noche.
La planta principal de la sinagoga es accesible y llana, permitiendo el ingreso en silla de ruedas por la entrada principal. Ten en cuenta que el acceso a las galerías superiores (el antiguo espacio para mujeres) se realiza mediante escaleras.
La ubicación es céntrica, así que a pocos minutos a pie encontrarás la Plaza de la Libertad (Trg Slobode) y la imponente Iglesia del Nombre de María. También estás muy cerca del Parque del Danubio y, cruzando el río, la imprescindible Fortaleza de Petrovaradin.
No te limites a mirar las paredes; la verdadera magia está en la historia detrás de la comunidad judía de Novi Sad. Lleva auriculares para usar una audioguía y, si es verano, lleva agua, ya que el clima en la ciudad puede ser caluroso y querrás estar cómodo para explorar los alrededores.
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