La Isla de Ortigia es un centro histórico y cultural, por lo que no tiene un 'horario de cierre' como un museo, puedes pasear por sus calles a cualquier hora. Sin embargo, las tiendas, restaurantes y atracciones individuales (como el Duomo o el Templo de Apolo) sí tienen horarios específicos, que suelen ir desde la mañana hasta la noche. El acceso es libre a pie, y el centro histórico es en gran parte peatonal o con tráfico limitado (ZTL). Si llegas en coche, te recomiendo buscar aparcamiento en las afueras de la isla, como el Parking Talete, y luego entrar andando.

Pasear y explorar la Isla de Ortigia es completamente gratuito, es un espacio público. No obstante, las principales atracciones dentro de la isla, como el Duomo de Siracusa, el Templo de Apolo, el Castillo Maniace o los museos, sí tienen una tarifa de entrada. Te aconsejo revisar los sitios web individuales de cada atracción para conocer los precios actualizados. Por ejemplo, para el Duomo, la información la encontrarás en su sitio oficial o en la sección de turismo de Siracusa.

Para tener una buena primera impresión y pasear relajadamente por sus calles, disfrutar de las plazas, el mercado y el ambiente, te recomendaría dedicar al menos medio día, unas 4-5 horas. Si quieres visitar algunas de sus atracciones principales con calma, como el Duomo, el Castillo Maniace, o sentarte a comer y cenar, es ideal planificar un día entero, o incluso alojarte una o dos noches para empaparte de su atmósfera al atardecer y por la noche.

Ortigia es el corazón histórico de Siracusa y tiene una importancia monumental. Fue la primera ciudad de Siracusa, fundada por los griegos en el siglo VIII a.C., y ha sido un crisol de civilizaciones a lo largo de los milenios: griegos, romanos, bizantinos, árabes, normandos, aragoneses... Esta rica historia se refleja en su arquitectura, desde el impresionante Duomo construído sobre un templo griego, hasta el Templo de Apolo, pasando por el Castillo Maniace. Es un Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que subraya su valor universal.

La primavera (abril-mayo) y el otoño (septiembre-octubre) son ideales, ya que el clima es agradable y hay menos aglomeraciones que en verano. Si vas en verano, la primera hora de la mañana (antes de las 10:00) es perfecta para pasear con calma y sin el calor intenso de mediodía, visitando el mercado antes de que se llene. El atardecer es mágico en el lado oeste de la isla, ofreciendo vistas espectaculares sobre el mar Jónico, y la noche es ideal para disfrutar de la cena y el ambiente vibrante de sus calles iluminadas.

En general, la Isla de Ortigia es bastante accesible, aunque con algunas limitaciones. Muchas de sus calles son llanas y están pavimentadas con adoquines, lo que facilita el desplazamiento. Sin embargo, algunas calles pueden ser estrechas o tener escalones en ciertos puntos. Las principales plazas como Piazza Duomo son muy accesibles. Te recomiendo consultar con antelación el acceso específico de cada atracción que desees visitar, ya que algunos edificios históricos pueden presentar barreras. Para información más detallada sobre accesibilidad en Siracusa, puedes buscar guías específicas en la web de turismo local: Siracusa Turismo.

Fuera de la isla, en Siracusa misma, no puedes perderte el Parque Arqueológico de Neapolis, que incluye el Teatro Griego, la Oreja de Dionisio y el Anfiteatro Romano, un imprescindible para los amantes de la historia. También es recomendable el Museo Arqueológico Regional Paolo Orsi, uno de los más importantes de Sicilia con hallazgos de todo el sureste siciliano. Ambos están a un breve trayecto en coche o taxi desde Ortigia.

Claro, aquí van unos cuantos: lleva calzado cómodo porque vas a caminar mucho por sus adoquinadas calles. Explora el Mercado de Ortigia por la mañana para probar delicias locales y observar la vida local. Prueba un 'panino con la porchetta' o marisco fresco. Considera hacer una excursión en barco alrededor de la isla para verla desde otra perspectiva y descubrir sus cuevas marinas. Y algo fundamental: reserva mesa si quieres cenar en algún restaurante popular, especialmente en temporada alta, porque se llenan rápidamente.