El Parque Ross es un espacio público que permanece abierto las 24 horas del día, todos los días de la semana. No hay necesidad de reservar, puedes visitarlo libremente en cualquier momento que desees. Se encuentra ubicado en pleno centro de Pichilemu, fácil de llegar a pie.

¡Para nada! El acceso al Parque Ross es completamente gratuito. Es un pulmón verde de la ciudad que todos pueden disfrutar sin costo alguno.

Una visita tranquila por el Parque Ross, admirando su arquitectura y sus árboles, puede tomarte entre 30 y 60 minutos. Si te detienes a leer los carteles o simplemente a relajarte en un banco, podría extenderse, pero es un paseo agradable y no muy extenso.

El Parque Ross fue creado a principios del siglo XX por el filántropo chileno Agustín Ross Edwards, quien le dio a Pichilemu gran parte de su encanto y desarrollo. Alberga un antiguo casino (declarado Monumento Nacional), un majestuoso centro cultural, y es un símbolo de la época dorada de la ciudad, un verdadero legado patrimonial.

El Parque Ross es encantador en cualquier momento, pero para disfrutar de la mejor luz y evitar las multitudes en temporada alta, te recomiendo visitarlo temprano por la mañana o al atardecer. Si buscas un clima más cálido, la primavera y el verano (octubre a marzo) son ideales, aunque en otoño sus colores también son espectaculares.

Sí, el Parque Ross tiene caminos y senderos de superficie plana que permiten un acceso relativamente fácil para personas en sillas de ruedas o con movilidad reducida. Sin embargo, algunas zonas con terrenos ligeramente irregulares podrían presentar pequeños desafíos. En general, es bastante transitable.

Alrededor del Parque Ross, no te puedes perder el Centro Cultural Agustín Ross (que antes fue el casino), la Playa Ross justo enfrente, y el Paseo Costero. Además, a pocos minutos en coche, tienes la famosa Punta de Lobos, perfecta para ver surfistas o disfrutar de un paisaje impresionante.

Te sugiero llevar calzado cómodo para caminar por los senderos y, si el día lo permite, disfrutar de un picnic en sus áreas verdes. No olvides tu cámara, ya que hay rincones preciosos para fotografiar. Y si estás por la tarde, ¡quédate a ver el atardecer con el sonido del mar de fondo! Siempre es una buena idea llevar una chaqueta si visitas al atardecer o en épocas más frías, ya que el viento puede ser fresco.