Una fortaleza otomana bien conservada situada en la cima de una colina que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y sus alrededores.
Una impresionante basílica del periodo bizantino con mosaicos y una arquitectura distintiva.
Un museo que alberga una rica colección de artefactos arqueológicos y etnográficos de la región, incluyendo piezas romanas y beréberes.
Una antigua mezquita destacada por su arquitectura islámica clásica y su importante papel histórico en la comunidad.
Un jardín que contiene restos romanos como columnas y mosaicos, ofreciendo un espacio tranquilo para pasear.
Un antiguo teatro romano que todavía se utiliza para eventos culturales y espectáculos.
Una histórica sinagoga que atestigua la presencia judía en la región y su rica historia cultural.
Una antigua puerta de la ciudad, que es uno de los restos de las fortificaciones originales de Le Kef.
Antiguas estructuras utilizadas para el almacenamiento de agua durante el periodo romano, que muestran la ingeniería avanzada de la época.
Un vibrante mercado local donde los visitantes pueden comprar productos frescos, especias y artesanías tradicionales.