Una de las playas más famosas de Brasil, conocida por su belleza natural y arenas blancas.
Una enorme duna donde los visitantes se reúnen para ver el espectacular atardecer.
Un icónico arco natural de piedra junto al mar, accesible durante la marea baja.
Una laguna de aguas cristalinas rodeada de restaurantes y hamacas sobre el agua.
Un árbol torcido por los fuertes vientos locales, un punto popular para tomar fotos.
Un faro con vistas panorámicas del Parque Nacional Jericoacoara y el océano.
Un pequeño lago rodeado de dunas y naturaleza, ideal para un baño tranquilo.
Una playa menos concurrida, perfecta para surfear y explorar las formaciones rocosas.
Una área de conservación que protege la biodiversidad y los paisajes únicos de la región.
Una ruta de senderismo que conecta varias lagoas y es ideal para explorar la naturaleza local.