El Castillo de Guimarães generalmente abre sus puertas de 10:00 a 18:00 h, aunque te recomiendo verificar siempre los horarios actualizados en la web oficial antes de tu visita, ya que pueden variar. Las entradas se pueden adquirir directamente en la taquilla del castillo, o si eres de los que prefieren llevarlo todo atado, en ocasiones hay plataformas que ofrecen la venta anticipada de tickets combinados con otros monumentos cercanos, lo que te puede ahorrar alguna cola. Si buscas una experiencia más inmersiva, considera nuestra Audioguía para museos y exposiciones.

La entrada al Castillo de Guimarães tiene un coste aproximado de 2,00 € para la entrada individual al castillo, aunque te sugiero que consultes la web oficial de Patrimonio Cultural de Portugal para confirmar el precio exacto y posibles combinaciones con el Palacio de los Duques de Bragança, ya que suele haberpacks que resultan más económicos. Normalmente, hay descuentos para estudiantes y personas mayores, y la entrada es gratuita para niños menores de 12 años, periodistas y personas con discapacidad. ¡No olvides tu tarjeta de identificación si te aplicas a algún descuento!

Para visitar el Castillo de Guimarães y empaparte de su historia sin prisas, te recomiendo dedicar entre 1 y 1.5 horas. Esto te permitirá recorrer las murallas, subir a la Torre del Homenaje y apreciar las vistas, así como leer los paneles informativos. Si combinas la visita con el Palacio de los Duques de Bragança y la Capela de São Miguel do Castelo, deberías reservar al menos media jornada.

El Castillo de Guimarães es una pieza fundamental en la historia de Portugal, ya que se le considera la cuna de la nación. Fue aquí donde nació Afonso Henriques, el primer rey de Portugal. Su relevancia radica en que fue un baluarte defensivo clave durante la Reconquista y desempeñó un papel crucial en la formación del reino portugués. Es, en esencia, un símbolo de la identidad nacional.

El mejor momento para visitar el Castillo de Guimarães y evitar las grandes aglomeraciones suele ser durante la primavera (abril-junio) u otoño (septiembre-octubre), cuando el clima es agradable y hay menos turistas que en verano. Dentro del día, te sugiero ir a primera hora de la mañana justo cuando abren o a última hora de la tarde, una o dos horas antes del cierre, para disfrutar de una experiencia más tranquila y sacar mejores fotos con una luz bonita.

Lamentablemente, debido a su estructura medieval y su naturaleza como fortaleza, el Castillo de Guimarães presenta desafíos para la accesibilidad de personas con movilidad reducida o sillas de ruedas. El terreno es irregular, hay escaleras y algunas zonas pueden ser difíciles de transitar. Es aconsejable contactar directamente con el castillo o el centro de visitantes (Património Cultural) antes de tu visita para obtener información detallada sobre las zonas accesibles y prepararte adecuadamente.

Muy cerca del Castillo de Guimarães, tienes el impresionante Palacio de los Duques de Bragança, una visita obligada que complementa perfectamente la experiencia. También puedes pasear por el encantador centro histórico de Guimarães, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde encontrarás la Praça de São Tiago, el Largo da Oliveira y numerosos edificios históricos. Y si te apetece subir, el Monte da Penha ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad a las que puedes llegar en teleférico.

Para aprovechar al máximo tu visita, te recomiendo llevar calzado cómodo, ya que hay mucho que caminar y el suelo puede ser irregular. Considera subir a la Torre del Homenaje lo primero para evitar posibles colas y disfrutar de las vistas. Además, si quieres una experiencia enriquecedora y profunda, no olvides descargar una audioguía o buscar información sobre la historia del castillo antes de ir. ¡Y lleva la batería del móvil cargada para las fotos!