El Casco Antiguo de Budva es una ciudad amurallada abierta al público y no tiene horarios de apertura y cierre como tal, puedes acceder a él prácticamente a cualquier hora del día y de la noche. Las tiendas, restaurantes y museos dentro de las murallas sí que tienen sus propios horarios específicos.

¡Buenas noticias! El acceso al Casco Antiguo de Budva es completamente gratuito, puedes pasear por sus callejuelas y plazas sin costo alguno. Algunas atracciones específicas dentro de las murallas, como ciertos museos o la Ciudadela, sí que tienen tarifas de entrada.

Para explorar el Casco Antiguo de Budva a fondo, incluyendo pasear por sus calles, visitar la Ciudadela y algunos museos, te recomendaría dedicar al menos 2-3 horas. Si planeas comer algo o relajarte en alguna terraza, podrías extender tu visita a una tarde entera.

El Casco Antiguo de Budva, conocido como 'Stari Grad', tiene una historia fascinante que se remonta a más de 2.500 años. Ha sido influenciado por romanos, otomanos, venecianos y austrohúngaros, lo que le ha otorgado su rica mezcla arquitectónica y cultural, convirtiéndolo en un verdadero tesoro histórico de Montenegro.

Para evitar las mayores aglomeraciones, te sugiero visitar en primavera (abril-mayo) u otoño (septiembre-octubre), cuando el clima es agradable y hay menos turistas. Durante el día, las primeras horas de la mañana o el atardecer son ideales para disfrutar de un ambiente más tranquilo y una luz preciosa.

La verdad es que el Casco Antiguo de Budva presenta desafíos para personas con movilidad reducida debido a sus calles empedradas, estrechas y con escaleras. Aunque la entrada principal a la ciudad vieja es plana, gran parte de su interior no es fácilmente accesible con silla de ruedas. Te recomiendo planificar rutas cortas y quizás considerar solo las áreas más accesibles cerca de la entrada.

¡Absolutamente! Muy cerca del Casco Antiguo, puedes relajarte en la Playa de Mogren, conocida por sus aguas cristalinas y un sendero panorámico. También puedes tomar un corto viaje en barco a la idílica isla de Sveti Stefan, un antiguo pueblo de pescadores convertido en un exclusivo resort.

Claro, aquí van algunos tips clave: lleva calzado cómodo porque las calles son empedradas, explora sin rumbo fijo para descubrir rincones secretos, y no te olvides de subir a las murallas para unas vistas espectaculares del mar Adriático. Por la noche, el ambiente cambia y los restaurantes y bares cobran vida, ¡disfrútalo!