Descubre la historia y los secretos de Gran Mezquita en Chefchaouen con nuestra audioguía.
Desafortunadamente, la Gran Mezquita de Chefchaouen, como la mayoría de las mezquitas en Marruecos, está cerrada a los no musulmanes en su interior. Sin embargo, puedes apreciar su impresionante arquitectura exterior desde la Plaza Outa el Hammam y sus alrededores. Te recomendamos visitarla durante el día para admirar su minarete octogonal único.
No, observar la Gran Mezquita de Chefchaouen desde la Plaza Outa el Hammam o desde las calles cercanas es completamente gratuito. Es un punto de referencia clave en la ciudad y parte de la experiencia de pasear por la Medina.
Dado que no se puede acceder al interior, con unos 15-30 minutos es suficiente para admirar la Gran Mezquita desde la plaza, tomar algunas fotos y absorber el ambiente. Si te sientas en una de las cafeterías de la plaza, podrías pasar más tiempo disfrutando de las vistas.
La Gran Mezquita, también conocida como Mezquita El-Masjid el-Aadam, fue fundada en el siglo XV por Moulay Ali Ben Moussa Ben Rachid y es la mezquita más antigua e importante de Chefchaouen. Su minarete octogonal es uno de los símbolos más distintivos de la ciudad y el único de su tipo en el norte de Marruecos, reflejando su rica herencia andalusí y religiosa.
Para ver la Gran Mezquita y la Plaza Outa el Hammam con menos gente, te sugerimos visitarla temprano por la mañana o al atardecer. En cuanto a la época del año, la primavera (abril-mayo) y el otoño (septiembre-octubre) ofrecen temperaturas más agradables y menos turistas en general.
La Plaza Outa el Hammam, donde se encuentra la Gran Mezquita, es relativamente plana y accesible. Sin embargo, la Medina de Chefchaouen en general tiene calles empedradas, algunas con desniveles y escalones. Te recomendamos usar calzado cómodo y estar atento a las irregularidades del terreno.
Estás justo en el corazón de la Medina. Junto a la Gran Mezquita, puedes explorar la Plaza Outa el Hammam, visitar la Kasbah de Chefchaouen con sus jardines y museo, y perderte por las encantadoras calles azules de la antigua medina.
Sí, te recomiendo encontrar una mesa en una de las cafeterías de la Plaza Outa el Hammam para disfrutar del ambiente y la vista de la mezquita. Lleva tu cámara para capturar su belleza y la del entorno. Además, sé respetuoso con los practicantes de la fe y vístete de manera modesta, incluso al admirar el exterior.