La Plaza El Hedim es un espacio público abierto las 24 horas del día, todos los días de la semana, ya que es el corazón de la medina de Meknes. Puedes acceder a ella a pie desde cualquier punto de la ciudad, especialmente si te alojas cerca de la medina. No hay puertas ni horarios específicos de cierre para la plaza en sí misma.

¡No te preocupes por la cartera aquí! La Plaza El Hedim es completamente gratuita y de acceso libre para todos los visitantes. Es un espacio público vibrante donde convergen locales y turistas sin coste alguno. Lo único por lo que podrías pagar es por los productos o servicios de los vendedores ambulantes y establecimientos cercanos.

El tiempo que decidas pasar en la Plaza El Hedim dependerá de lo que quieras experimentar. Para una primera toma de contacto y absorber el ambiente, con unos 30 minutos a 1 hora es suficiente. Sin embargo, si quieres sentarte a tomar algo, observar a la gente, o quedarte a disfrutar de los artistas callejeros al atardecer, podrías extender tu visita a varias horas sin problemas.

La Plaza El Hedim tiene un significado histórico profundo, ya que su nombre 'El Hedim' significa 'la demolición', refiriéndose a las ruinas que despejó el sultán Moulay Ismail para construir lo que hoy es la plaza y la majestuosa Bab Mansour. Culturalmente, es el centro neurálgico de la vida cotidiana en Meknes, un punto de encuentro, comercio y entretenimiento, reflejando el pulso de la ciudad imperial.

El mejor momento para visitar la Plaza El Hedim es al atardecer. Es cuando la plaza cobra vida, los artistas callejeros aparecen, los puestos de comida se iluminan y el ambiente se vuelve mágico. Si hablamos de la época del año, la primavera (abril-mayo) y el otoño (septiembre-octubre) ofrecen temperaturas más agradables para pasear y disfrutar sin el calor extremo del verano.

La Plaza El Hedim es un espacio abierto y generalmente llano, lo que facilita su accesibilidad. Sin embargo, al ser un lugar concurrido y con terreno empedrado en algunas zonas aledañas y en la propia plaza, puede que la movilidad con silla de ruedas sea un poco desafiante en horas punta, pero no imposible. El acceso principal desde las calles circundantes es directo y sin escalones.

La Plaza El Hedim es la puerta de entrada a la medina de Meknes y está rodeada de joyas. Justo al lado, no puedes perderte la imponente Bab Mansour, una de las puertas más bellas de Marruecos. También están los Graneros de Moulay Ismail (Heri es-Souani), las prisiones subterráneas de Kara y los Jardines de Dar El Kebira. Todo está a poca distancia a pie.

¡Claro que sí! Mi consejo principal es que te dejes llevar. Siéntate en una de las terrazas de los cafés que rodean la plaza, pide un té a la menta y observa la vida pasar. Por la noche, no dudes en probar la comida de los puestos ambulantes, ¡es una experiencia auténtica y deliciosa! Y no tengas miedo de regatear amistosamente si compras algo a los vendedores. Mantén siempre un ojo en tus pertenencias y disfruta del bullicio con una sonrisa.