Descubre la historia y los secretos de Parque Hljómskálagarður con nuestra audioguía.
El Parque Hljómskálagarður es un parque público al aire libre y, por lo tanto, no tiene horarios de apertura ni cierre definidos. Puedes visitarlo en cualquier momento del día, los 7 días de la semana, para disfrutar de su belleza natural.
¡No te preocupes por el dinero! La entrada al Parque Hljómskálagarður es completamente gratuita. Es un espacio público donde todos son bienvenidos a disfrutar sin coste alguno.
Para una visita relajada, te recomendamos dedicar entre 1 y 2 horas. Esto te dará tiempo suficiente para pasear por los senderos, admirar el lago, quizás sentarte en un banco y disfrutar del ambiente tranquilo. Si te gusta la fotografía o simplemente quieres desconectar, podrías quedarte incluso más.
El Parque Hljómskálagarður es uno de los parques más antiguos y queridos de Reikiavik, inaugurado en 1908. Es un punto de encuentro para los locales, un refugio verde en la ciudad, y a menudo alberga eventos culturales y conciertos en su icónico quiosco de música. Es un reflejo de la vida social y cultural de la capital islandesa.
La primavera y el verano (junio-agosto) son ideales para ver el parque en su máximo esplendor, con flores y temperaturas agradables. Por la mañana temprano o al atardecer, el parque es más tranquilo y la luz es perfecta para fotografías. En invierno, ofrece un paisaje nevado encantador, aunque con menos vida.
Sí, el Parque Hljómskálagarður es mayormente accesible. Sus caminos son pavimentados y relativamente planos, lo que facilita el acceso para personas con sillas de ruedas y carritos de bebé. Puedes disfrutar de un agradable paseo sin mayores obstáculos.
¡Hay varias opciones! El parque está junto al Estanque Tjörnin, famoso por su vida aviar. También muy cerca se encuentra el Ayuntamiento de Reikiavik y la Galería Nacional de Islandia (listasafn.is), ambos a poca distancia a pie para continuar explorando la cultura y el arte de la ciudad.
Te recomiendo dar un paseo alrededor del lago para observar las aves. Si el tiempo lo permite, lleva algo para leer o un picnic y disfruta de la tranquilidad de sus bancos. ¡Y no olvides tu cámara para capturar la belleza del paisaje y su quiosco de música!