El Puente de las Cadenas es una infraestructura pública y, por lo tanto, no tiene horarios de apertura ni de cierre específicos para los peatones. Puedes cruzarlo y admirarlo las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Es especialmente hermoso al amanecer y al anochecer, cuando las luces de la ciudad le dan un toque mágico.

¡Buenas noticias! Cruzar el Puente de las Cadenas a pie o en vehículo es completamente gratuito. No se requiere ninguna entrada ni se cobra ninguna tarifa por disfrutar de esta icónica estructura. Es uno de esos tesoros que Budapest ofrece sin coste alguno.

Para simplemente cruzar el puente y tomar algunas fotos, te llevará entre 15 y 30 minutos, dependiendo de lo rápido que camines y cuántas paradas fotográficas hagas. Si quieres disfrutar de las vistas, empaparte del ambiente y quizás pasear un poco por las orillas, te recomiendo dedicarle al menos 45 minutos a una hora.

El Puente de las Cadenas, inaugurado en 1849, fue el primer puente permanente en unir Buda y Pest, lo que lo convierte en un símbolo crucial de la unificación y el progreso de la ciudad. Su construcción impulsó la economía y el comercio, y su diseño espectacular (obra de William Tierney Clark) lo estableció como un ícono arquitectónico global, con detalles como los famosos leones sin lengua (según una leyenda popular, un aprendiz los olvidó).

El mejor momento para visitar el Puente de las Cadenas es al atardecer, cuando el cielo se tiñe de colores y las luces del puente y del Castillo de Buda comienzan a iluminarse, creando una atmósfera mágica. En cuanto a la época del año, la primavera (abril-mayo) y el otoño (septiembre-octubre) ofrecen un clima agradable y menos aglomeraciones. Si viajas en invierno, las luces navideñas también le dan un encanto especial.

Sí, el Puente de las Cadenas es muy accesible. Las aceras son amplias y planas, sin escalones, lo que lo hace ideal para personas en silla de ruedas, cochecitos de bebé o aquellos con movilidad reducida. Puedes cruzarlo sin dificultad y disfrutar de las vistas cómodamente.

El Puente de las Cadenas es un excelente punto de partida. En el lado de Buda, justo al pie del puente, encontrarás el funicular que te lleva directamente al Distrito del Castillo de Buda, con el Palacio Real y la Iglesia de Matías. En el lado de Pest, estarás muy cerca de la Basílica de San Esteban y la animada calle Váci utca para compras y gastronomía. ¡Hay muchísimas opciones a poca distancia!

¡Claro! Primero, lleva una buena cámara, las vistas son espectaculares, especialmente al atardecer. Segundo, si puedes, crúzalo al menos dos veces: una durante el día para apreciar los detalles arquitectónicos y otra por la noche para ver las luces. Tercero, cuidado con el tráfico si estás cerca de los puntos de acceso del puente. Y por último, considera combinar tu visita con un paseo por los alrededores en el lado de Buda, como el área de la colina Gellért, o un crucero por el Danubio para ver el puente desde otra perspectiva.