Un viaje sensorial a través del mundo resinoso y único de la savia del lentisco, un tesoro exclusivo de Chios.
El museo suele abrir de miércoles a lunes (cerrado los martes) de 10:00 a 17:00 en invierno (hasta las 18:00 en verano). El acceso es fácil en coche o taxi desde la ciudad de Quíos (aprox. 30-40 min), y puedes confirmar los horarios actualizados en el sitio web oficial de PIOP.
La entrada general es muy económica, rondando los 4€, mientras que la tarifa reducida es de unos 2€ para ciertos grupos. Además, la entrada es gratuita para visitantes menores de 18 años y estudiantes de la UE, lo que lo convierte en una visita cultural muy accesible.
Para disfrutar de la exposición permanente, ver el audiovisual y recorrer el espacio exterior con los árboles de entina, te recomiendo reservar entre 60 y 90 minutos. Es un recorrido fluido y moderno que mantiene el interés todo el tiempo sin hacerse pesado.
Este museo es único porque el cultivo del mástique ('las lágrimas de Quíos') en esta región es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. La exposición te sumerge en la historia, la arquitectura de los pueblos medievales y el proceso industrial de esta resina exclusiva que solo crece en el sur de la isla.
La mejor época es a finales de primavera o verano, cuando puedes ver los árboles 'llorando' la resina en el exterior, aunque el museo es climatizado y perfecto todo el año. Te aconsejo ir por la mañana temprano para evitar los grupos turísticos y luego comer en los pueblos cercanos.
Sí, es un edificio moderno y totalmente adaptado con rampas, ascensores y baños accesibles para sillas de ruedas. La experiencia está diseñada para que todos los visitantes puedan recorrer tanto las salas interiores como gran parte del entorno exterior sin problemas.
Estás en el corazón de los Mastichochoria, así que es imprescindible visitar los pueblos medievales de Pyrgi (con sus fachadas geométricas pintadas) y Mesta (una fortaleza medieval perfectamente conservada), ambos a pocos minutos en coche.
No te saltes la parte final al aire libre para ver los lentiscos reales y asegúrate de pasar por la tienda del museo. Tienen productos de mástique de alta calidad (cosméticos, licores y dulces) que son el souvenir perfecto y auténtico de la isla.
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