Descubre la historia y los secretos de Puerto de Saint-Tropez con nuestra audioguía.
El Puerto de Saint-Tropez es un lugar público y está accesible las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Puedes pasear por los muelles y admirar los yates en cualquier momento. No hay un horario de cierre como tal para el puerto en sí.
¡No, para nada! Pasear por el Puerto de Saint-Tropez es completamente gratuito. Disfruta del ambiente, de las vistas de los yates y de la brisa marina sin coste alguno. Si decides consumir algo en los cafés o restaurantes, eso ya es aparte.
Para disfrutar plenamente del ambiente del Puerto de Saint-Tropez, te recomendaría dedicar al menos 1 a 2 horas. Esto te permitirá pasear tranquilamente, observar los magníficos yates, disfrutar de un café en alguna terraza y empaparte de la atmósfera chic y relajada del lugar.
El Puerto de Saint-Tropez tiene una rica historia que se remonta a la Antigua Grecia y Roma. Tradicionalmente fue un puerto pesquero y mercantil próspero, y durante siglos ha sido un punto estratégico en la costa mediterránea. Su fama actual se disparó a mediados del siglo XX, convirtiéndose en el epicentro del jet-set y de artistas, pero su pasado como baluarte defensivo y punto comercial es igualmente fascinante.
Para disfrutar del puerto con menos aglomeraciones, te sugiero visitarlo durante la temporada baja (primavera u otoño) o muy temprano por la mañana en verano. Te invito a consultar el sitio oficial de turismo de Saint-Tropez para más detalles sobre eventos y temporadas.
La mayor parte del paseo marítimo alrededor del Puerto de Saint-Tropez es llano y está pavimentado, lo que facilita el acceso para sillas de ruedas y personas con movilidad reducida. Sin embargo, algunas zonas pueden tener adoquines o pequeñas pendientes. Para información más detallada, puedes contactar la Oficina de Turismo de Saint-Tropez al +33 (0)4 94 97 45 21.
Muy cerca del puerto, no te puedes perder la Citadelle de Saint-Tropez con su Museo de Historia Marítima, el encantador casco antiguo 'La Ponche' con sus callejuelas y tiendas, y el famoso mercado de la Place des Lices los martes y sábados. También puedes explorar las playas cercanas como Pampelonne si te apetece un chapuzón.
Un buen consejo es levantarse temprano para ver cómo el puerto cobra vida y luego disfrutar de un café o croissant en una de sus terrazas. No olvides tu cámara para capturar los lujosos yates y el colorido telón de fondo. Si te gustan los mariscos, muchos de los restaurantes del puerto ofrecen pescado fresco del día. Y, por supuesto, ¡déjate llevar por el ambiente!
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