Descubre la historia y los secretos de Paseo de la Princesa con nuestra audioguía.
El Paseo de la Princesa es un espacio público abierto las 24 horas del día, los 7 días de la semana, lo que te permite disfrutar de su encanto a cualquier hora. Es un lugar ideal para un paseo matutino o una caminata vespertina. No hay restricciones de acceso, puedes entrar y salir libremente.
¡Buenas noticias! El Paseo de la Princesa es completamente gratuito. Puedes disfrutar de este hermoso recorrido sin tener que pagar ninguna tarifa de entrada. Lo que sí podrías gastar es en alguno de los carritos de comida o vendedores ambulantes que a menudo se encuentran a lo largo del paseo, ofreciendo refrescos y delicias locales.
Para disfrutar plenamente del Paseo de la Princesa, te recomiendo dedicar entre 30 minutos a 1 hora. Esto te permitirá caminar tranquilamente, admirar las vistas, tomar fotografías y quizás detenerte a observar a los artistas callejeros o disfrutar de algún refrigerio. Si te detienes a menudo, podrías extenderte un poco más.
El Paseo de la Princesa es un vestigio histórico del siglo XIX, construido en 1853 como parte de la mejora de las defensas y la infraestructura de San Juan. Originalmente fue una vía de acceso entre la Puerta de San Juan y el Muelle, y su nombre es un recordatorio de la monarquía española. Hoy es un punto de encuentro para locales y turistas, un paseo escénico que te conecta con el pasado de la ciudad fortificada.
El mejor momento para visitar el Paseo de la Princesa es durante las horas de la mañana temprano o al atardecer. En estos momentos, el clima es más fresco, la luz es perfecta para fotografías, y puedes evitar las multitudes del mediodía. En cuanto a la época del año, los meses de invierno (noviembre a abril) ofrecen un clima más agradable y menos humedad.
Sí, el Paseo de la Princesa es bastante accesible para personas con sillas de ruedas o movilidad reducida. Es un camino plano y pavimentado que discurre a lo largo de la bahía. Al ser un espacio público al aire libre, no hay escaleras o barreras importantes que impidan el acceso, lo que lo convierte en un lugar inclusivo para todos.
Estás en el corazón del Viejo San Juan, así que hay muchas atracciones cerca. Justo al final del paseo, llegarás a la icónica Puerta de San Juan, y muy cerca están el Castillo San Felipe del Morro y el Castillo San Cristóbal. Además, no te pierdas las coloridas calles del Viejo San Juan llenas de tiendas, restaurantes y galerías de arte.
Para sacarle el máximo partido a tu visita, te sugiero llevar calzado cómodo para caminar, protector solar y una botella de agua, especialmente si visitas durante el día. No olvides tu cámara, ya que las vistas son espectaculares. Si tienes tiempo, explora las calles adyacentes del Viejo San Juan, donde encontrarás auténticos tesoros. Y, por supuesto, si ves un carrito con piraguas (raspaos), ¡no dudes en probar una!
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