Descubre la historia y los secretos de Palacio de Diocleciano con nuestra audioguía.
El Palacio de Diocleciano en sí es un monumento vivo, una parte del centro de Split, por lo que está siempre abierto y se puede pasear libremente por sus calles y plazas. Sin embargo, algunas de sus atracciones internas, como los sótanos (Podrumi), la Catedral de San Domnio (antiguo Mausoleo de Diocleciano) o el Templo de Júpiter, tienen horarios y tarifas específicas. Generalmente, abren desde la mañana hasta el atardecer, pero pueden variar con la temporada. Para los sótanos, puedes revisar su sitio web oficial.
No hay una entrada única para todo el Palacio, ya que es una ciudad dentro de otra ciudad. Visitar sus patios y calles es gratuito. No obstante, para acceder a los sótanos (Podrumi), al campanario y al tesoro de la Catedral de Split, y al Templo de Júpiter, sí se requiere pagar una entrada. Los precios suelen rondar los 8-10 euros por cada atracción, aunque pueden variar por temporada. Te recomendamos consultar en taquilla al llegar o en sus respectivos sitios oficiales.
Para tener una buena primera impresión y pasear por las principales áreas sin prisas, te recomiendo dedicar al menos 2-3 horas. Si planeas visitar los sótanos, la Catedral, el Templo de Júpiter y tomarte un café tranquilamente, fácilmente podrías extenderte a unas 4-5 horas o incluso más. Recuerda que es un lugar para disfrutar caminando y descubriendo sus rincones.
El Palacio de Diocleciano es famoso por ser una de las ruinas romanas mejor conservadas del mundo y, lo que es aún más fascinante, es que sigue siendo una parte viva de la ciudad de Split. Fue construido como una residencia de retiro para el emperador Diocleciano a principios del siglo IV d.C. y ha evolucionado a lo largo de los siglos, ¡con casas, tiendas y restaurantes construidos directamente dentro de sus muros! Es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y un testimonio único de la arquitectura e historia romanas.
Para evitar las mayores aglomeraciones, te sugiero visitar a primera hora de la mañana (justo al amanecer, antes de que lleguen los cruceros) o al final de la tarde. En cuanto a la época del año, la primavera (abril-mayo) y el principio del otoño (septiembre-octubre) son ideales, ya que el clima es agradable y hay menos turistas que en pleno verano. En julio y agosto, espera mucha gente.
Debido a su antigüedad y la naturaleza de sus calles empedradas y escalones, el Palacio de Diocleciano presenta algunos desafíos para las personas con movilidad reducida. Muchas de sus áreas principales, como el Peristilo o la Riva, son bastante accesibles, pero acceder a los niveles superiores o a ciertas atracciones específicas (como los campanarios) puede ser complicado. Los sótanos tienen rampas en algunas secciones, pero es recomendable consultar con antelación si planeas una visita específica. En general, se puede disfrutar de gran parte del exterior.
Una vez que explores el Palacio, estarás justo en el corazón de Split. No te pierdas la Riva (el paseo marítimo), el Mercado de Pescado y el Pazar (mercado verde) para una experiencia local. También puedes subir al Parque Marjan para disfrutar de vistas panorámicas, o tomar un ferry a alguna de las islas cercanas como Hvar o Brac para una excursión de un día. El Museo de Split o el Museo Etnográfico también están a poca distancia.
Claro, aquí tienes algunos consejos: usa calzado cómodo, ya que caminarás mucho por adoquines irregulares. Lleva agua, especialmente en verano. Considera contratar un guía local o hacer un tour a pie para entender mejor la historia. No tengas miedo de perderte por sus callejuelas; ahí es donde descubrirás los rincones más encantadores. Y, por supuesto, no te olvides de probar el helado local, ¡es delicioso!
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