El Puente de Piedra de Ratisbona es una vía pública, por lo que está abierto las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y no tiene restricciones de horario. Puedes pasear por él libremente en cualquier momento. La mejor parte es que la vista es espectacular a cualquier hora.

¡Buenas noticias! El cruce del Puente de Piedra (Steinerne Brücke) es completamente gratuito. Es un puente público y, por lo tanto, no hay tarifas de entrada ni necesidad de comprar tickets para disfrutar de este icónico monumento. ¡A disfrutar del paseo sin coste!

Para una visita relajada, con tiempo para cruzarlo, admirar las vistas del Danubio y la ciudad, y tomar algunas fotos, te recomiendo dedicarle entre 30 minutos y 1 hora. Si te apetece sentarte un rato y disfrutar del ambiente, puedes extenderlo un poco más.

El Puente de Piedra, construido en el siglo XII (entre 1135 y 1146), fue una maravilla de la ingeniería medieval y durante siglos el único puente de su tipo al norte de los Alpes. Se dice que sirvió de modelo para el Puente de Carlos de Praga y que su construcción dio origen a la leyenda del 'Brückenmännchen' (el hombrecito del puente). En su momento, fue clave para la prosperidad de Ratisbona como centro comercial.

Para evitar las mayores aglomeraciones, te recomiendo visitarlo a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando la luz es preciosa para las fotos. En cuanto a la época del año, la primavera y el otoño ofrecen temperaturas agradables y menos turistas que el verano, aunque en invierno con nieve también tiene un encanto especial.

Sí, el Puente de Piedra es accesible. La superficie es adoquinada, lo cual puede ser un poco irregular, pero es transitable para sillas de ruedas y carritos de bebé. No hay escalones ni barreras arquitectónicas importantes. Para más detalles sobre accesibilidad en la ciudad, puedes consultar la información turística de Ratisbona.

Absolutamente, estás en el corazón de Ratisbona. Justo al lado del puente, no puedes perderte la Catedral de San Pedro, el Historische Wurstkuchl (la histórica cocina de salchichas), y el Casco Antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Date un paseo por el centro histórico y déjate llevar por sus callejuelas medievales.

Te recomiendo llevar calzado cómodo debido a los adoquines. Considera cruzarlo por un lado y volver por el otro para tener diferentes perspectivas. No olvides tu cámara para capturar las impresionantes vistas del Danubio y la ciudad. Y si tienes tiempo, termina tu visita con unas salchichas en la cercana Wurstkuchl, ¡es toda una experiencia!